El Año Internacional de las Cooperativas 2025 llega en un momento decisivo para la Economía Social y, muy especialmente, para el sector agroalimentario español. En un contexto global marcado por la incertidumbre geopolítica, el cambio climático y la transformación de los modelos productivos, las cooperativas emergen como actores estratégicos para garantizar la sostenibilidad económica, social y ambiental del territorio.
Más que empresas: una respuesta estructural
Tal y como subraya Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES, las cooperativas no son solo una forma de organización empresarial: representan un modelo centrado en las personas y profundamente arraigado en el territorio. A nivel mundial, más de 1.200 millones de personas están vinculadas a cerca de 3 millones de cooperativas. En España, el peso del cooperativismo agroalimentario es incuestionable: 3.669 cooperativas producen y transforman el 65 % de los alimentos y bebidas que consumimos.
Este modelo genera riqueza, mantiene vivo el tejido rural y garantiza empleo de calidad, todo ello apostando por la sostenibilidad, la innovación y el relevo generacional.
Hitos recientes para reforzar su visibilidad
En marzo de 2025, el IX Congreso de Cooperativas Agroalimentarias presentó el Plan Estratégico 2025-2029, una hoja de ruta que refuerza el compromiso del sector con la sostenibilidad con personas. Entre sus iniciativas, destaca la creación de la marca “Producto Cooperativo”, un distintivo que permitirá a los consumidores identificar productos que no solo alimentan, sino que también sostienen comunidades, territorios y empleos.
Además, las cooperativas están liderando avances en:
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Gestión eficiente del agua.
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Bioeconomía y economía circular.
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Innovación en procesos y productos.
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Formación y relevo generacional en el medio rural.
Reconocimiento europeo y papel en la PAC
La Comisión Europea ha reconocido la importancia del cooperativismo en la futura Política Agraria Común (PAC) y en la implementación del Pacto Verde Europeo, destacando que “la agricultura no es el problema, sino parte de la solución”. Este respaldo político a nivel europeo se alinea con la necesidad de que las políticas nacionales y autonómicas integren y potencien el papel de las cooperativas.
Un modelo económico para el presente y el futuro
El cooperativismo agroalimentario demuestra que es posible innovar sin desarraigar, competir sin excluir y crecer sin comprometer el medio ambiente. Frente a las tensiones y desafíos globales, las cooperativas actúan como anclas de estabilidad y resiliencia para el entorno rural.
Para Pedreño, 2025 debe ser un punto de inflexión: el año en que instituciones, empresas y ciudadanía reconozcan que la Economía Social no solo es un modelo viable, sino también deseable. Porque, donde otros se retiran, las cooperativas permanecen; donde escasean los recursos, multiplican esfuerzos; y frente a la incertidumbre, aportan estabilidad, compromiso y esperanza.